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El mango es una planta exótica, originaria de la India, que se adapta bien a todas las latitudes cálidas y que también se puede cultivar en maceta, partiendo de su semilla. Plantar la semilla de mango en una maceta es una operación muy sencilla que te permite disfrutar de un trocito de Trópico hasta en el balcón de tu casa.
Hablemos de la planta, porque para los frutos el discurso es un poco diferente. En la naturaleza , el mango crece rápidamente hasta convertirse en un árbol de hasta 25 metros de altura, que es capaz de producir frutos que calman la sed y son ricos en vitaminas. En cautiverio esto no es posible, o más bien sólo es posible bajo ciertas condiciones: espacio e injerto. Pero sigamos paso a paso.
¿Cuándo plantar semilla de mango?
La temporada recomendada para plantar semillas de mango es a fines de la primavera o, mejor aún, a principios del verano. Esta previsión permitirá que la planta nazca durante la época de calor y disfrute de un mayor número de horas de irradiación solar. En cualquier caso, aunque la planta haya crecido y enraizado bien, será necesario protegerla de las excursiones térmicas con las mismas precauciones que se utilizan para proteger las plantas de limón (por ejemplo, cubriendo con tela no tejida). En invierno, solo recuerda traer la planta de mango al interior, como hacemos con otras plantas de interior.
¿Cómo germinar una semilla de mango?
La germinación de la semilla de mango, antes de su puesta a tierra, permite fortalecer suficientemente las raíces jóvenes que tendrán más posibilidades de enraizar y hacer crecer nuestra plántula. Una bolsa de plástico o un recipiente para alimentos es suficiente como ‘incubadora’. He aquí cómo proceder:
- Extraemos la semilla del mango de la cáscara: una operación delicada durante la cual se debe tener cuidado de limpiar la semilla extraída de las cutículas, pero sobre todo de no dañarla.
- Creamos el alojamiento artificial para la semilla: mojamos una hoja de papel de cocina y colocamos la semilla de mango en su interior sin asfixiarla ni apretarla demasiado. En este punto lo metemos en el recipiente de comida, o en la bolsa de plástico transparente: todo bien, siempre y cuando se pueda cerrar para mantener el nivel de humedad alto.
- Cuidemos la semilla de mango brotada: las hojas de papel deben ser reemplazadas por lo menos una vez por semana y deben permanecer siempre húmedas (para ello podemos usar un nebulizador para plantas). La semilla de mango tarda unos días en echar raíces y unas dos semanas en empezar a brotar. Cuando el brote tiene unos 4 centímetros de altura está listo para ser plantado en la tierra.
Cómo plantar mango en maceta
La raíz es fuerte y el brote es vigoroso: es hora de plantar la semilla de mango. Elegimos una maceta no muy grande de unos 10 cm de diámetro, suficiente para acomodar la plántula y hacerla crecer en la primera fase de su vida. Posteriormente podemos trasladarlo a una maceta más grande. Como suelo es recomendable utilizar tierra universal, fácilmente disponible en supermercados y tiendas de jardinería, que podemos enriquecer con compost casero. Consejo práctico: la semilla debe plantarse cortada, es decir, con la raíz hacia abajo y el brote hacia arriba. ¿Cómo hacer cuando la raíz está semienvuelta cerca del brote? No hay problema, cuando hayamos puesto la semilla de mango en el tarro, la raíz descenderá naturalmente. La advertencia fundamental es que el brote permanece fuera del suelo.
Semilla de mango: ¿Cómo cultivarla cuando se convierte en planta?
Cuando la planta se haya fortalecido tendremos que cortar el tallo a la altura del primer nudo. Esta operación servirá para fortalecerla y dar impulso a su crecimiento. Colocamos la maceta con la planta de forma que tenga mucha luz, pero no excesiva irradiación directa sobre todo en las horas más calurosas de los tórridos días de verano. Podemos comprobar el estado de salud a partir de las hojas, cuyo color debe ser brillante y el aspecto alargado y relajado. La planta de mango crece rápido, pero una planta sana y robusta no es suficiente para obtener el fruto. Para que la planta de mango sea fructífera se necesita un injerto, por lo que es recomendable acudir a un vivero especializado, alternativamente se puede elegir la semilla de una variedad local de mango, como las que se cultivan orgánicamente en el sur de Italia y Sicilia.
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