Enero y febrero son los meses más fríos del año. Y las plantas de exterior son las que más sufren, expuestas al mal tiempo, las heladas, el hielo y las heladas. Aquí tienes algunos remedios para «aliviar» su sufrimiento y verlas volver más frondosas que nunca en primavera, sin correr el riesgo de que los tiernos cogollos se estropeen por el frío.
Cómo cuidar las plantas del frío
– Prevención: la protección de las plantas comienza incluso antes de que llegue el frío. De hecho, es necesario evaluar mejor dónde plantar una planta para que esté más resguardada. Las plantas tropicales, por ejemplo, deben plantarse con una exposición al sur.
– Maceta: plantar las plantas en macetas en lugar de en el suelo puede ser útil porque da la posibilidad de trasladarlas a zonas más resguardadas en épocas frías. Por el contrario, las plantas de maceta son más sensibles a las heladas que las del mismo tipo pero cultivadas en el suelo, quizás en un rincón soleado y orientado al sur.
– Cubrir:cubrir las plantas no es tan trivial como podría parecer. De hecho, las plantas necesitan una transpiración adecuada y una buena cantidad de luz para poder realizar la fotosíntesis. Por tanto, está terminantemente prohibido el uso de bolsas de plástico (¡peor aún si son negras!), que crearían una humedad excesiva en el interior e impedirían la transpiración o el paso de la luz. Ni siquiera se recomienda la tela o la tela: podrían empaparse y congelarse posteriormente. En el mercado existen láminas especiales, del gramaje adecuado, que permiten la transpiración y el paso de la luz. Se trata del llamado TNT (Tejido No Tejido), un material sintético muy ligero, preferentemente de color blanco. Debe envolver las plantas por completo,
– Proteger las raíces: es importante proteger la base y raíces de las plantas del frío. Es posible hacerlo con material orgánico, que también puede actuar como fertilizante para el suelo. Puede utilizar hojas, paja, estiércol maduro, residuos vegetales.
– Invernaderos: son muy útiles para reparar las plantas más delicadas. Se pueden encontrar en el mercado de todas las formas y tamaños. Debes tener cuidado, a la primera mirada del sol, de abrirlos para eliminar la condensación que se forma en su interior.
– Primer celo: una vez evitado el peligro de heladas tardías, se aconseja retirar cualquier recurso utilizado para resguardar las plantas. De hecho, el uso prolongado podría sofocarlos y causarles la muerte.
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